Vive plenamente, sin reprimir emociones, sin saltear etapas. Deja que el alma se exprese y experimente lo que necesite para tu crecimiento y evolución, sin miedo. Si algo sale “mal”, nada mejor que el aprendizaje que te queda por haberlo vivido…Levántate, sacúdete un poco y sigue…
Conciencia, presencia en tus acciones convierten toda tu vida en un acto meditativo...
Meditas cuando sientes el contacto con todo lo que te rodea, no cuando te escondes del mundo “exterior”…No si te refugias bajo un caparazón. Busca el silencio dentro tuyo. Verás que cuando el silencio ocurre, no hay separación. Dentro y fuera es la misma cosa…Todo puede ser disfrutado…
Relájate…
Nada tiene demasiada importancia, sólo la que quieras darle.